GIVENCHY Y AUDREY, UNA HISTORIA DE AMOR

1953, un año que marcó la historia, sí, sí, la historia de Hubert de Givenchy y de Audrey Hepburn. También sería un año muy importante para la moda ya que la Maison francesa lanzó su primera línea de Alta Costura en octubre de aquel año, pero… empecemos por el principio.

La recién oscarizada y jovencísima Audrey visitaba la vieja Europa para rodar su siguiente film “Sabrina” y claro, después de recoger el Óscar a mejor actriz por “Vacaciones en Roma” vestida con un Givenchy, tenía que conocer al couturier responsable de la moda más trendy de aquellos tiempos. Hollywood hizo la correspondiente llamada anunciando la llegada a Paris de la señorita Hepburn y en el atelier del modisto lo prepararon todo.

Hubert Givenchy

¿Cuál fue la sorpresa de todo el equipo y del propio Hubert cuando abrieron la puerta? Que no era la ya consagrada Katherine Hepburn sino Audrey, una jovencita muy poco conocida por aquel entonces.

Ni corta ni perezosa traspasó el umbral de la puerta ataviada con unos pantalones capri, un jersey a rayas marinero, un canotier donde se podía leer la palabra Venecia y su esplendorosa sonrisa. Muertos se quedaron todos al ver aquella “casi niña” tan sumamente arrebatadora.

Tras unos minutos de conversación, la actriz se atrevió a pedirle al que luego se convertiría en su alma gemela que la vistiera en su próximo rodaje. Lamentablemente, Hubert se encontraba en plenos preparativos de su próxima colección y no podía distraerse con nada, aunque invitó a la joven a probarse unas cuantas creaciones y si alguna le quedaba bien podía llevársela. Cuál fue la sorpresa de Givenchy al ver sus trajes en la figura de Audrey “todo, absolutamente todo, le quedaba bien”. Finalmente eligió tres piezas, dos vestidos cortos y el majestuoso vestido blanco y negro de noche que lució en la película una vez que su personaje se convierte en una “chica de alta sociedad”.

Gracias a aquella joya hecha traje de noche se galardonó con un “Óscar al Mejor Vestuario” por Sabrina y la actriz decidió que, desde entonces, Hubert sería su modisto de cabecera tanto en su vida personal como en la profesional.

Sus vidas discurrieron paralelas, ella era la actriz más demandada de la época dorada de Hollywood y él el enfant terrible de la moda parisina, sus carreras fueron meteóricas, se hicieron íntimos amigos y así comenzó su Historia de Amor.

Tras algunos años, en 1957, Hubert de Givenchy decide regalarle a Audrey Hepburn un perfume en exclusiva, solo para ella, era su forma de darle las gracias, ya que debido a que la actriz le había elegido como modisto en todas sus películas, Givenchy se coló en las pantallas de todas las familias que veían los films de aquella época y su fama subió como la espuma.

¿Qué le puedo regalar a una mujer que lo tiene todo? le preguntó Hubert a su querido amigo Balenciaga, a lo que este último contestó… Un aroma único y así fue, gracias a la ayuda del gran Cristóbal Balenciaga, Hubert creó su primera fragancia en exclusiva para ella.

Creación exclusiva para Audrey Hepburn
Creación exclusiva para Audrey Hepburn

Meses más tarde, en Paris, Audrey estaba visitando a su querido amigo en la Maison y se dejó olvidado un pañuelo de esos que ella siempre llevaba al cuello, impregnado de aquel aroma. Por allí pasaban otras clientas de la casa de Costura y las propias trabajadoras del taller y todas hacían la misma pregunta: «Monsieur Givenchy, ¿a qué huele? ¿Qué es ese aroma tan maravilloso?» En aquel preciso instante, el modisto pensó que era el momento de pedirle a Audrey si podía distribuir su fragancia.

Atelier Givenchy

Al principio ella se negó, en concreto le dijo “Je vous interdis” (te lo prohíbo) de ahí el nombre de la fragancia que marcó un antes y un después en el mundo de la perfumería “L´Interdit”, aroma que se reinventó en 2018 dando lugar a la versión moderna de la fragancia de las estrellas de la época dorada del cine y que hoy en día es uno de los perfumes más codiciados en todo el mundo.

Audrey era una mujer tremendamente generosa y no solo regaló su aroma al resto de mujeres de aquella época y a las de hoy en día, también fue la primera actriz en aparecer en el anuncio de un perfume.

¿Casualidad o destino? ¿Qué hubiera pasado si Audrey no se hubiera dejado olvidado aquel pañuelo?, me lo pregunto muy a menudo y cada vez que me perfumo con “L´Interdit” doy gracias a aquel momento de los años 50.

Por Inma Jiménez
Directora de formación de Givenchy

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